Cracker
Después del tapeo que sucedió al concierto matutino de Sven Hammond en la Virgen Blanca y cierta borrachera cervecera, la siesta nos repuso fuerzas y fuimos al recinto del festival de nuevo. Allí nos esperaban los californianos Cracker, el grupo de David Lowery, una de las bandas que más ganas tenía de ver. Y no me decepcionaron para nada, un concierto de muchos kilates y con una formación que suena a las mil maravillas con Johnny Hickman genial a la guitarra y con la incorporación de Thayer Sarrano a los teclados que encaja perfectamente. Mezclaron rock con country con mucha clase, como es habitual.
Cayeron One fine day, Gimme one more chance, California Country boy, King of Bakersflied, El Cerrito, Wedding day, Low o Euro-Trash Girl.
Reigning Sound
Sin solución de continuidad, camino al escenario pequeño a la carrera para ver a Reigning Sound, un concierto muy esperado. Y en cierta manera, a pesar de empezar muy bien, con muy buen sonido y actitud, el concierto fue de más a menos por una simple razón, y es que a pesar de demostrar una onda muy sixties, tiraron su sonido al garage, por lo que canciones que tienen la paleta más amplia (como las de su último disco) perdían salero, gracia, y hasta lo mejor de ellas. Sonaron She's my baby, We repel each other, Starting new, If you can't give me everything, Once more, You did wrong, Bad man, Reptile style, Your love is a fine thing, etc...
John Paul Keith
Llegó el momento de ir a comer, de comentar y de escuchar de lejos el concierto de Mastodon que me sedujo lo mismo que una mujer fea y de insoportable conducta, osea cero lapicero, por lo que decidimos seguir regando el cuerpo y coger posiciones para un concierto que sabía que era apuesta segura en el escenario pequeño, y en efecto John Paul Keith, el músico de Memphis lo bordó. En formación de trío, bajo, batería y guitarra despachó un concierto sublime, para mi el mejor que vi dentro del recinto del festival. Lo suyo es rock and roll de mucha clase y elegancia, clásico y como se ha dicho alguna vez resuenan sus comparativas con Buddy Holly, pero su manera de tocar la guitarra telecaster es una auténtica locura.
Despachó temas de todos sus trabajos como True hard money, You really oughta be with me, We got all night, Everything's diferent now, Walking alone the line, Baby we're a bad idea, Never could say no, You devil you, Anyone can do it, Dry county, I work at night, Lookin' for a thrill, Second hand heart o Rock 'n' roll will break your heart.
Le hicimos salir incluso a hacer un bis, algo muy excepcional.
Ocean Colour Scene
Y cerrando el escenario grande estaban Ocean Colour Scene, los británicos que tenían una baja ostensible, la de Steve Cradock, cuyo sustituto cometió para mi el error de tener el pedal pisado constantemente, cuando las canciones de esta banda son de punteos finos y elegantes.
La banda tocó con calma y reposo, ayudados por la ingesta alcohólica (Simon Fowler iba finito) y tocaron un setlist con canciones de tres discos, Moseley Shoals, Marchin' Already y One from the modern, su trilogía mítica, tales como The riverboat song, The day we caught the train, The circle, One for the road, You've got it bad, Get blown away, Hundred mile high city, Traveller's tune, Better day (sólo Simon con Oscar Harrison al piano), So low, Profit in peace y Robyn Hood. También sonó la versión de los Beatles de Day Tripper.
Os dejo con dos temas, primero el tema King of Bakersfield de Cracker, de su último álbum.