Gabinete Caligari en el año 1987. Estamos en una situación, dónde la movida de la que ellos han sido parte integrante, está en su final, en sus últimos coletazos, y es cuando el grupo madrileño precisamente ficha por EMI, una multinacional, es el momento de un cambio, con varias cosas aprendidas ya en el zurrón. Han pasado unos cuantos años desde que debutaran esos chavales con sus camisas negras, su actitud chulapona y en ocasiones soberbia y que realizaban un estilo oscuro cercano al punk, y por si fuera poco han sobrevivido a las castañuelas, al rock torero y ya han conocido la popularidad.
Con todo lo dicho van y sacan Camino Soria, uno de los mejores discos de pop-rock, en este caso castizo, muy castizo, de la historia de nuestro país, así de claro. El disco es en cierta medida conceptual, tiene una inmersión y un homenaje al recio carácter castellano, a lo largo de todo su minutaje, pero en él predomina la melancolía y cierto poso de desamor.
La heroína se había llevado el 29 de diciembre de 1986 a Uli (Santiago Ulises Montero), saxofonista principalmente y multi-instrumentista que dotaba con su impronta un espíritu esencial en el conjunto formado por Jaime Urrutia, Ferni Presas y Edi Clavo.
Camino Soria empieza a grabarse en Mayo de 1987, en los estudios Doubletrownics, con Jesús N. Gómez a los mandos de la producción. El álbum mantiene una línea cercana al tema amoroso, que trastocó los corazones de propios y ajenos, además de deprimir al propio Jaime Urrutia tras haber roto una temprana relación con Christina Rosenvinge, cuando el primero militaba en Ejecutivos Agresivos con dieciocho años y la segunda en Ella y Los Neumáticos (curiosamente junto a los “Gabinete” Edi y Ferni) con quince años. Pero la mujer que inspira la canción Camino Soria en concreto es Teresa Verdera, hermana de Juan Verdera, bajista de Derribos Arias, relación que acabó después de cuatro años y que fue el germen de muchas ideas para el disco.
Quizás estamos ante uno de los discos en castellano que más haya escuchado, en aquella mítica cinta de cassette de color amarillo, que a día de hoy conservo y pongo de vez en cuando con cariño.
El disco empieza con Pecados más dulces que un zapato de raso, una declaración de amor a pesar de la distancia, coescrita por Urrutia y Eduardo Haro-Ibars está subtitulada como “Carta a Nieves” mientras en la música participan todos, donde destacan unos preciosos arreglos de cuerda. Llega Suite Nupcial un tema con aire o aroma a tema cincuentero, en una pieza con vientos maravillosos y donde la letra es un disfrute total dónde el amor llega a saco en un hotel, una canción llevadera, con estribillo pegadizo y acabado perfecto.
Pero no todo es felicidad, y con La fuerza de la costumbre, es a partir del punto en el que las dificultades de la relación hombre-mujer empiezan, un tema a medio tiempo muy bien desarrollado y con estribillo encajado a la perfección. Tócala Uli es el homenaje a Ulises Montero, maravillosa canción de principio a fin, con una letra espectacular, donde recuperan con clase, estilo y elegancia su estilo más chulapo, con vientos gloriosos, el bajo brutal, redobles de batería clavados, y en definitiva una banda en estado de gracia. Como un pez cierra la Cara A, y habla de la suerte en la vida o simplemente el destino feo, que es la recompensa del riesgo en el amor.
Comienza la Cara B con La Sangre de tu tristeza, el que fue single del disco, una tremenda canción melancólica, dentro de un disco melancólico como este, pero a su vez cargada de una belleza descomunal. Canción para perdedores, que siempre que intentan siempre sacar el lado positivo a través de una melodía atractivísima con arreglos de cuerda preciosos, gran tonada. Saravá es el baladón del álbum, donde se descubre el oscuro objeto del deseo, la cruel y bella a la vez mujer que te mata de lo malvada que es, una canción con aires de bossanova, con otra vez arreglos de cuerda claves. Rugido de tigre es el tema más rockero del disco, con fuerte presencia de los teclados que están inmensos, en cuya letra apreciamos una cura de heridas del amante abandonado (me suena esto...), que te permite remontar el vuelo.
Y acaba la joya con el tema que da título al trabajo, Camino Soria un tema completo, luminoso a pesar de contener cierta amargura (yo también he curado el olvido del amor en soledad) y de gran belleza lírica que cuenta además con menciones a Gustavo Adolfo Bécquer y Antonio Machado, que cubrió de gloria tanto a la banda como a la ciudad, a la que fueron más turistas:
"Voy camino Soria, ¿tú, hacia dónde vas? Allí me encuentro en la gloria que no sentí jamás.
Voy camino Soria quiero descansar borrando de mi memoria traiciones y demás."
No quedaban muchas soluciones, pero a la banda se le ocurrió una, que fue hacer las maletas (la magnífica imagen de la contraportada del austero disco, realizada por Alberto García-Alix) y huir a la meseta castellana, y allí encontrar la paz que necesitaban, arropado por melodías excelentes, así se fraguó este maravilloso álbum.
Este post está dedicado al compañero Addison de Witt, con quien comparto devoción por esta grupo y quien ha sido mi fiel escudero en un fin de semana inolvidable en Madrid.
Os dejo con La sangre de tu tristeza.