En el año 2003, una jovencita (no llegaba a 20 años) y por aquel entonces carnosa y de buen ver Amy Winehouse, editaba Frank, con una voz y un estilo más cercano al jazz que al soul. Pero ante todo, este debut tiene para mi una virtud, y es el alejamiento de lo comercial que envuelven muchas veces a las óperas primas, llenas de sofisticación con el fin de llegar al público. Este es un enorme ejemplo de calidad cuidada, desnuda de artificios, de campañas de marketing prefabricadas, etc., ya que la artista se nos presenta ante nosotros como es, para cautivar a los que tengan buen oído, y punto pelota. Destaco el tema Fuck me pumps.
Os dejo con el tema Fuck me pumps, con esa base de rythym and blues y ese vídeo en el que me hace muchísima gracia el momento en que Amy se mete al coche cantando con el micro.
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