Gary Moore, el gran guitarrista irlandés, editó en 1987 Wild Frontier, un trabajo que era un homenaje en toda regla a su Irlanda natal. En este álbum Gary no tiene batería titular, así que emplea en su lugar una caja ritmos y consigue un resultado muy homogéneo y desde luego el más compacto de su carrera de esa década.
En el tema que daba título al trabajo, era una innegable y emotiva ofrenda a su Irlanda, patria arrasada históricamente por guerras étnicas y religiosas, que debía ser restaurada y así volver a su antigua apariencia esmeralda. Musicalmente un tema fabuloso con un riff de guitarra mítico y un solo de caerse de espaldas.
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