viernes, 9 de marzo de 2018

Black Rebel Motorcycle Club - Wrong Creatures (2018)


Black Rebel Motorcycle Club editaron el 12 de enero Wrong Creatures, cinco años casi después de Specter at the feast, su anterior álbum. No son los de San Francisco una banda al uso, ni tienen en cuenta mucho las tendencias, tienen su propia línea incorruptible desde que empezaron allá por 2001 con esa eterna oscuridad, y un sonido que han ido moldeando con matices, pero siempre fieles a su estilo. Pero en este trabajo hay un gran puñado de canciones, estribillos pegadizos y ese tipo de temas que van de menos a más y te acaban enganchando de manera impresionante. 
Peter Hayes a la guitarra y voz, Robert Levon Been al bajo y voz y Leah Shapiro a la batería (desde 2008) han vuelto con su rock intenso, oscuro y de indudable calidad y personalidad, y es de esos discos que ganan mucho con las escuchas y se te meten muy adentro.
Es curioso que el otro día en el coche de un amigo me costaba distinguir entre Black Rebel Motorcycle Club y The Jesus and Mary Chain, hay similitudes entre ambos.


DFF comienza el trabajo, el tema más corto de menos de dos minutos, que sirve de prólogo o introducción, con sonidos de percusión que anuncian algo, para dar paso ya al primer tema serio que es Spook con la guitarra que dispara riffs, hasta que entra la sección rítmica y la voz, en una de esas canciones que va de menos a más y consigue una melodía preciosa con un acabado perfecto, gran canción. King of bones empieza con guitarreos que ronronean, mientras entra la voz y se forma un conjunto inquietante gracias a la sección rítmica, tema psicodélico. Haunt es una balada a su estilo, tema desértico, con la guitarra que despacha acordes simples, mientras la voz recita, casi de banda sonora, canción de intensidad moderada. Echo es mi favorita del disco, con un inicio casi apagado, mientras la voz se abre paso, para empezar a dibujar entre bajo, guitarra y batería una melodía que te cala hasta los huesos y un estribillo que es maravilloso, de los mejores temas del grupo de siempre. Ninth configuration vuelve a la pausa, a los sonidos algo distantes, pero luego va cogiendo ritmo hasta convertirse en un gran tema con sus subidas y bajadas con mucho guitarreo furioso.
Question of faith comienza con el bajo y la batería, ritmos de base para la voz, hasta que los riffs de guitarra empiezan a subir la temperatura, otro temazo de tomo y lomo con estribillo demoledor. Calling them all away es muy etérea en su inicio hasta que coge algo de ritmo hacia la mitad, mientras la guitarra no deja de repartir sonidos, alcanzado un final intenso. Little thing gone wild fue el primer adelanto del trabajo, con ese bajo brutal y la voz que anuncian la llegada de la guitarra que gime y el estribillo brutal, temón. Circus bazoko es la canción más distinta del disco, quizás la más dicharachera en el sonido, un medio tiempo que me recuerda a los Doors de manera impresionante, en un crescendo rítmico con el teclado que es maravilloso, además del aire circense. Carried from the start también posee un órgano humeante desde el inicio, con principio lento que se va animando y que se embrutece en el estribillo, donde el sonido rompe. All rise acaba el disco con un inicio de notas de piano hasta la entrada de la voz, para luego ir cogiendo un ritmo pausado de final del camino recorrido.


Buen álbum de una banda que todavía sigue teniendo mucho que decir en el panorama musical de la oscuridad y las penumbras donde ellos se erigen en auténticos reyes.

Os dejo con el tema y vídeo de Question of faith.

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