Adam Cohen y su banda
La noche empezó con el hijo de Leonard Cohen, que estuvo de lo más simpático y tocó varios temas de sus tres discos, pero sobre todo del último de este año Like a Man, como la que da título al disco, What other guy y Sweet Dominique. Hizo muy amena la espera y destiló muy buen humor.
Rufus Wainwright y su numerosa banda
Ante todo, decir que ir a un concierto de Rufus Wainwright es otra cosa, no hay apretones por coger una posición, no vuelan los minis en tu cara, hay camaradería al ceder la zona conseguida, no despegan cuerpos en las primeras filas, en fin todo lo contrario a un concierto de rock a los que estoy más que habituado. Eso si, y eso ya es cosa mía, la habilidad para ponerme detrás de una persona más alta que yo (y yo mido 1'80) no cambia.
En cuanto al concierto en si, Rufus venía a presentar su nuevo y gran disco Out of the game. Ataviado con pantalones coloristas, gafas de sol y zapatos estrafalarios empezó con Candles, el tema que curiosamente cierra el disco (y velas había, 10 conté yo en el escenario). Después dijo que iba a ser una noche de sábado loca en Madrid, muy agradecido al público. Siguió con Rashida, y también sonaron Barbara, Sometimes you need, la propia Out of the game y Jericho (ambas extraordinarias).
De sus anteriores trabajos sonó The one you love o The Art Teacher del Want two, o ese maravilloso, ya al piano, Going to a town del Release the stars con el previo de Montauk. La versión de Everybody knows de Leonard Cohen, con la ayuda de Adam Cohen a la voz, que fué casi en plan cabaret, fue un momento muy acertado y coreado por el público.
La banda que acompaña a Rufus es muy buena, dos guitarristas, un teclista y pianista, 2 coristas excelentes, un batería y un bajista que dieron muy buen nivel. Eso si, eché de menos una sección de vientos, que tan bien le sienta a su música.
La decepción vino en los bises, esa pompa que envolvió el final, con los miembros del grupo hablando un castellano cochambroso, que casi ni se entendía, y subiendo Rufus vestido de dios griego a 20 personas al escenario con toda la banda vestida para el show, me sobró por completo, me quedo con la primera hora y media larga de buenos temas.
Os dejo con Candles y Rashida tocadas en Abril en Amsterdam, muy parecido a como empezó el concierto de anoche.
Bueno, quitando esos bises, me imagino lo bien que te lo pasarías. Es un pedazo de cantante, de gran escuela. Ya sabes cómo me habría gustado compartir esos momentos contigo. Cada año que pasa el foro me queda cada vez más lejos.
ResponderEliminarAbrazo gigante.
Paco: El problemaes queen los bises primaron más otros temas, antes que la música (tú ya me entiendes), pero eso si, la primera hora y media large fue excelente, porque se nota como dices la buena escuela.
EliminarMe hubiera encantado que hubieras venido.
Gran abrazo.
Como veo empezó igual que en Barcelona, aquí además lo hizo a capella dejándonos a todos boquiabiertos. Supongo que enlazó "Montauk" con "Going to a town", no? Porque cada vez que me acuerdo se me ponen los pelos de punta. Es enorme en directo, toda la voz y el porte que tiene en disco lo demuestra de sobrs en directo, me muero por volver a verle. Y el desvarío final ya te digo que es made in Rufus, tiene esas pequeñas excentricidades que bueno, son extramusicales y quizás sobre pero no dejande ser parte de su personalidad. Es curioso porque una amiga de Zaragoza que estuvo lo comentó por facebook toda emocionada, que había podido tocarlo, jeje.
ResponderEliminarBesos!!
Atticus' daughter: Si, realmente el comienzo es a capella hasta que entra el grupo a los 4 minutos.
EliminarBueno, Montauk y Going to a town iban seguidas, si.
Su voz es privilegiada, y es lo que comprobé, en vivo se supera.
Ya, según parece el desvarío final forma parte habitual del show, pero me pareció un bajonazo desde el punto de vista musical.
Bueno, si tu amiga le tocó seguro que se empapó de sudor, porque sudó y mucho.
Besos.