Pink Floyd en 1971 viene de Atom Heart Mother un año antes, donde ya empiezan a cambiar y a meterse en el rock progresivo o sinfónico y que un año más tarde cerrarán con Obscured by clouds, completando una trilogía no buscada aposta creo, pero que si prepara el camino para los discos referenciales que vendrían en el resto de la década, su época dorada, pero curiosamente éste disco ya muestra algo que su predecesor tenía a ratos y su sucesor muestra en varios momentos, y es una enorme calidad de composiciones y un estilo que les marcará mucho en esa década sideral. Aquí hay rock, pop, voces dulces y aterciopeladas de todos los miembros de la banda, donde caben arpegios de guitarra, tiempos lentos y rápidos, cantos de hinchas en un campo de fútbol, aullidos de un perro en clave blues, todo ello manejado con una intensidad y empaque sólo a la altura de unos auténticos genios como estos británicos.
El álbum comienza con One of these days, con ese viento que avisa de algo, mientras David Gilmour se hace presente con su guitarra que ruge y suelta Waters la primera nota de bajo. La voz del batería Nick Mason, distorsionada por un amplificador de guitarra, se hace muy presente junto al teclado de Wright. "Un día de estos te cortaré en trozos pequeños" dice la letra. La canción en un crescendo brutal, que va de menos a más hasta romper de manera descomunal, tema hipnótico y obsesivo, clásico en sus directos.
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