viernes, 2 de octubre de 2015

Los Enemigos - Nada (1999)


Los Enemigos editaron en 1999 el que fue su último trabajo de estudio antes de su separación, titulado "Nada". Ahora han vuelto con disco nuevo en 2014, pero en aquel momento este álbum significó el fin de una etapa, que concluyó con la edición de dos directos de aquella enorme gira de despedida. Pero este trabajo tiene un poso, una madurez y refleja un momento excelente del grupo y siempre he pensado que si una banda decide retirarse debe hacerlo en el momento más álgido (Radio Futura es un ejemplo claro de ello) y a fe que Josele y sus secuaces lo hicieron por todo lo alto.
Se puede debatir horas, días, semanas o incluso meses sobre si este es su mejor disco, pero nunca llegaríamos a un acuerdo, simple y llanamente porque ni yo mismo soy capaz de decidirme, ya que mi devoción por La vida mata (ya diseccionado aquí) o La cuenta atrás o incluso Gas, es tan grande, que me impide tomar una decisión, pero sí digo en voz alta que Nada es un pedazo de álbum, y que en muchos momentos de mi vida pienso que es el mejor y más completo disco de Los Enemigos. Las composiciones son excelentes, la producción cuidada y encima la evolución de su estilo me parece una pasada, llegando a puntos donde muchos no pensábamos que podían llegar en esa época. En este trabajo hay rock, mucho y buen rock, hay medios tiempos, coplas, temas acústicos y baladones todo con un nivel que no baja del sobresaliente. Como corolario a la introducción, ese mismo año el grupo editó la banda sonora de "Se buscan Fulmontis" dirigida por Alex Calvo-Sotelo y tiene su influencia en el tema instrumental.


Comienza el disco a todo trapo con Me sobra carnaval y ese riff de guitarra incendiario que marca de manera perfecta lo que es un tema rock al estilo enemigo, mientras la maquinaria se pone a funcionar y Josele suelta la letra, en la que deja claro que no le gusta bailar ni en carnavales. Todo a cien es una enorme canción pop, donde la letra nos habla de un tipo que va sobrado y lo da todo, perfectamente ejecutada, con el solo de guitarra en su justo momento además de ese tono alegre y con chispa. Y llega una joya enemiga, en esa evolución de la que hablaba, Ná de Ná un baladón con toques latinos de proporciones gigantescas y una cuidadísima producción, una letra maravillosa que habla de una relación de tira y afloja, y ese mesurado tono de Josele a la voz que queda de lujo... me encanta ese verso que dice "que yo no soy así, qué como voy a ser lo que tu inventes, no intentes cambiarme así..." Sangre, sudor y chicles de fresa vuelve al rock enemigo típico, en este caso con cambios de ritmo donde destaca la sección rítmica de Fino al bajo y Chema "Animal" Pérez a la batería y como no, las guitarras son furiosas y cuya letra tiene a diversos vicios como medios para conseguir objetivos, aunque en realidad es un himno de derrota... "acuérdate de mi cuando ya no te duela". T.T.L. (Tibis Terra Livis) es un potente rock de la vieja escuela y el tema instrumental del disco, una buena transición para lo que queda. Y finaliza la primera cara la copla gloriosa de An-Tonio, un tema eminentemente acústico de una dulzura y una empatía difíciles de explicar, de hecho recuerdo escucharla la primera vez en su día y flipar en colores de la grandeza que atesoraba este temazo sideral, que luego en directo era coreada a más no poder.
La segunda parte del disco comenzaba con No se lo cuentes, un rock urgente, preciso y en el que la banda demuestra su amplitud de registros, y donde los coros de voces que acompañan a Josele son un portento, además de un estribillo adictivo "Cuando yo no esté, acuérdate de estar donde yo no esté" reforzado por la voz en off, un tema de despedida, lleno de rabia y decisiones valientes. ¡Con Dios! es un medio tiempo donde Josele apuesta por las terminaciones de los versos en "ao" que tan castizo es, y engarza con el lado más cristiano del grupo. Claro que arde es un blues a medio tiempo, con una gran letra, dentro de esa amplitud de caminos explorados por el grupo en el disco. Héroe o basura es un tema semiacústico, alegre y dicharachero y una letra de lo más graciosa. Razas de Caín vuelve al rock puro y duro de una virulencia que sólo un grupazo como este puede hacer, donde las guitarras mandan y Chema está brutal a las baquetas, menudo legado de tema con esos coros de Fino bestiales. Animal cierra el disco de manera melancólica y triste, pero no por ello menos bueno, con otra gran declaración de intenciones "yo de mayor quiero ser animal" con esa voz dolorosa.


En definitiva una obra cumbre de uno de los mejores grupos de rock de este país, con una exquisita evolución en muchos aspectos y detalles que aumentan su leyenda y su, para mi, legendaria carrera musical.

Os dejo con el vídeo de An-Tonio.


4 comentarios:

  1. Es un disco que con el paso del tiempo me gusta cada vez más. Brazzzo.

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    1. Johnny J.J.: A mi es un disco que me atrapó muchísimo justo al salir, y que sigo oyendo a día de hoy con devoción. Pasan los años y sigue sonando de vicio.

      Brazzzzos.

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  2. Yo me sigo decantando por "La vida mata", pero "Nada" es todo lo que cuentas. Un disco sensacional.

    Abrazos.

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    1. Gonzalo Aróstegui Lasarte: El margen para mi es muy estrecho, y te entiendo cuando dices que eliges La Vida Mata, fue el primer disco que escuché de ellos y es otro álbum que aguanta fenomenal el paso de los años, pero digamos que en este se liman (supongo que por tablas y experiencia) los pequeños detalles de aquel, aunque claro el desparpajo y juventud más la temática de aquel son difíciles de igualar... leches lo dicho, que podríamos estar meses así.

      Abrazos.

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