sábado, 7 de febrero de 2015

Tame Impala - Innerspeaker (2010)


Mi primer acercamiento a Tame Impala coincidió con mi inicio en el mundo blogero, es decir, a la vez que ponía en marcha todas mis ideas en mis primeros post, escuchaba y leía a compañeros que ya llevaban un tiempo en esto, hablar de esta banda australiana, y sólo oía cosas buenas, pero claro, hasta que no te pones el disco y no lo escuchas entero, no sabes si realmente te gusta tanto como podría parecer a priori. Arriesgué y me lo compré original, cuando todavía no eran muy conocidos, y aluciné en colores, porque simple y llanamente es una joya, pero parida desde la sencillez que es su gran virtud, canciones sencillas arropadas por arreglos algo complejos, eso si, pero que no son abusivos. Un disco, he de admitirlo, que a la primera escucha no es fácil, pero una vez hecho el oído al mismo y el aprendizaje de todo lo que contiene, el disfrute es máximo. Las influencias son claras, Syd Barret y los primeros Pink Floyd psicodélicos, los Beatles del Revolver en adelante y grupos cohetáneos de esa época.
Una clave de el álbum es que no hay ni un sólo tema de relleno, con esa psicodelia a raudales que domina, ritmos acelerados y guitarras que entran en bucles eternos, teniendo como base unas composiciones excelentes. Kevin Parker, oriundo de Perth, es un tipo solitario que por momentos me recuerda a Lennon componiendo, a su lado ácido y más psicodélico. Encima y por si fuera poco, Mr. Parker está a los mandos de la producción. Estamos ante canciones alucinógenas, no necesariamente producto de las drogas, sino producto de la cabeza de un chavalote aussie obsesionado con los sonidos, el espacio y los colores.



It's not mean to be inicia el disco con esa guitarra circular hace que comience el viaje, con los ritmos de la batería y la voz de Parker que te envuelven y te llevan en volandas con esa melodía tan preciosa, pero ya aquí se notan mil detalles (propongo su escucha con cascos) con sus sonidos y ruiditos que están detrás. Desire Be Desire Go con la batería al comienzo da entrada a la voz y las guitarras que rugen y se convierte en otro viaje donde volamos sin falta de LSD, en una maravilla de sonidos modelados y de darle a los pedales (decir que este tema ya venía de un Ep previo de 2008). Alter Ego es una obra maestra en si misma, desde el inicio con esa batería que clava el ritmo, los sonidos modelados, para mi una canción que anuncia a lo que podrían haber llegado los Beatles en su evolución psicodélica, un tema profundamente lennoniano. Lucidity fue el single del disco, pura influencia de los primeros Pink Floyd y aquellos singles (me recuerda mucho a Point me at the sky), maravilla psicodélica y vídeo para la historia. Make up your mind? es otro corte en el que desde el inicio te hipnotiza su ritmo entre la batería y la guitarra, con esos detalles de sonidos y sintetizadores muy llamativos hasta que llega la voz de Kevin a hacerte levitar. Solitude is bliss es otra obra de orfebrería, otro pelotazo, con esos requiebros elípticos de la guitarra del inicio, descomunal melodía y un desarrollo perfecto. Jeremy's storm es una instrumental que recuerda también mucho a aquellos desarrollos largos de Pink Floyd en su primer trabajo, fusión de instrumentos en una amalgama de psicodelia sin fin. Expectations tiene estrofas atmosféricas que dan paso al mensaje directo del estribillo, todo ello adornado con una fanfarria de innumerables recodos psicodélicos. Bold arrow of time es un blues a su estilo, claro está, ritmo machacón al inicio para mezclar con la parte más llevadera (me recuerda como precursora en cierto sentido de Elephant). Runaway, Houses, City, Clouds, se inicia en increscendo, viniendo desde abajo, quizás es el tema menos ameno al oído, con unas secuencias que se van repitiendo y algo difuso en su exposición, y quizás algo largo en minutaje.
Cierra el viaje I don't really mind y te devuelve a la Tierra, después de haber estado por no se sabe dónde flipando en colores, un gran final de disco, con un ritmo tremendo y una gran melodía. 




Una ópera prima descomunal, que tiene la gran virtud de no aburrir, ni de alargar en exceso nada, además de que todos los temas tienen una continuidad estupenda. Un viaje maravilloso del que nunca quieres volver y quedarte por ahí volando...
 
Este texto fue escrito por mi para Exile Subterranean Homesick Magazine, y ahora reposa en mi espacio.
 
Os dejo con el tema Solitude is bliss, tocado en el campo en California en 2010.
 
 

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