lunes, 16 de febrero de 2015

Joy Division - Unknown pleasures (1979)


Joy Division al principio se llamaban Warsaw, para luego cambiarse al nombre que tenía reminiscencias de la II Guerra Mundial y en concreto nazis. En palabras de sus propios fundadores, eran solo una copia de las bandas punk del momento. De hecho su primer EP, An Ideal for living de 1978, es casi un ejercicio de punk gótico, con un sonido crudo y oscuro. Sin embargo, algo mucho mas complejo que la distorsión, la ira y los tres acordes palpitaba por debajo de estos cuatro chicos de Manchester. La influencia de gente como el Bowie de los primeros 70 o la Velvet, incluso Iggy Pop estaban ahí, pero si hablamos de este álbum, el disco debut de la banda, Unknown pleasures, lo hacemos del disco post-punk por excelencia.
Veamos el contexto de la época, ya que bandas como The Sex Pistols se desvanecen, mientras otras del estallido punk del 77 como The Clash buscan nuevos caminos y evolucionan, pero es ahí donde se produce el punto de partida del post-punk, cuando el punk se empieza a diluir, ya que la esencia rabiosa y rupturista del punk, ese "fuck you", esas dos sílabas venenosas, moría al poco de su nacimiento, absorbido por la industria y la autodestrucción, y se pasa al I'm fucked, que de una manera más abrupta define el post-punk, que es en esencia una evolución del sentimiento rupturista punk, ya que tanto su música como las letras perforan la superficie, pero no abandonan la sencillez, el dolor urbano introspectivo hecho música. En esa misma onda estaban Siouxsie & The Banshees y The Cure, por ejemplo, donde el sonido siniestro se mezclaba con letras obsesionadas con la desesperación y la muerte, que en el caso de Joy Division, se vieron muy influenciadas por la epilepsia que sufría su líder.
Así pues Ian Curtis era el líder y cantante de movimientos espasmódicos, Peter Hook despachaba un bajo muy presente en los temas, además de meter coros, Stephen Morris era el batería y Bernard Summer cortaba con su guitarra, tocaba teclados y hacía coros.


Abre el disco Disorder, con un bajo muy presente desde el inicio que marcará ya un estilo para siempre, hasta que entra la voz de Ian Curtis con moderada distorsión y se crea la atmósfera perfecta, además de esa guitarra de tono fantasmagórico y cuya letra habla de problemas con el alcohol. Day of the lords ahonda en el lado oscuro, con un ritmo de guitarra sostenido, pero donde aquí un estribillo pegadizo se hace con las riendas, mientras el bajo no deja de ronronear. Candidate con un sonido casi metálico de la batería (delicioso) se une al bajo ondulante, mientras los fraseos de guitarra se amoldan a ellos, más la voz presente en su ausencia, hacen del tema algo especial. Insight empieza desde muy abajo, con ruidos extraños para que la batería y el bajo nos descubran la melodía, mientras la voz de Curtis está distorsionada, añadiendo en este caso ráfagas de teclado, otro tema que sigue la línea coherente del álbum. New dawn fades se inicia con esa maravilla de bajo, para que luego la guitarra salga a describir la melodía, tremenda canción donde la voz de Ian se hace con ella y la desarrolla de manera increíble.
She's lost control empezaba la Cara B del vinilo, cuya letra habla de la locura, y que musicalmente es un caso aparte, con ese inicio descomunal del bajo que corta, rasga y es tenso y esas percusiones, para que la voz de Curtis mandona poetice, y al final se añada la guitarra, un tema que define al grupo. Shadowplay (canción favorita para mi) es el germen de algo ya diferente, incluso el emparejamiento con la new wave, con el bajo tremendo del principio, para que la guitarra dibuje su atmósfera junto a la voz que habla de los problemas con las mujeres, un tema sencillamente espectacular. Wilderness con percusiones llamativas y la guitarra rugiendo más la voz con efectos, es otra pieza de encaje perfecto del mosaico mostrado. Interzone es más rápido, rockero y desatado, lo que les quedaba de punk al grupo, tema corto y al grano. I remember nothing termina el álbum donde volvemos a la idea original, ese comienzo desde abajo donde bajo y batería marcan el paso hasta que viene la voz casi perdida, susurrante de Curtis, para que la guitarra aparezca más adelante, a pesar de que el tema no acabe de explotar en un estallido, final oscuro donde los haya.


En resumen un disco básico para entender la evolución de la música en unos años complicados, donde en respuesta al punk que se hundía, estaba el post-punk que este grupo en concreto supo explotar como nadie. La prematura muerte por suicidio de Ian Curtis, la salida póstuma de Closer y lo poco que duró la banda, les convierten en mitos, pero no por eso debemos de dejar de ver este disco como algo importantísimo que influyó a muchas bandas posteriores. Un disco que es la puerta de entrada a los 80.

Os dejo con el tema Disorder.


6 comentarios:

  1. Del "fuck you" al "I'm fucked", así es, Savoy. Excelente disección de un disco esencial y hermosísimo y una época en la que se empezaba a cuajar la victoria del capitalismo salvaje. (Volveremos, no lo dudes. aunque nos vaya la vida en ello.)

    Un abrazo.

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    1. Gonzalo Aróstegui Lasarte: La verdad es que ahora estamos en una época muy de "I'm fucked" je, je, je. Gracias, la verdad es que es esencial, básico y muy buen disco. El magnetismo que impregnaba Curtis es algo increíble.
      Ayyy el capitalismo... ese cáncer.

      Abrazos.

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  2. Aquí querría matizar algunas detalles del texto con tu permiso, brother. The Cure no estaban en ese momento sino estuvieron después pues los trabajos coetáneos con este disco de Joy Division poco o nada tenían que ver. La sombra de este trabajo le cambió el estilo y la percepción a Robert Smith, se subió al carro y le vino de puta madre, todo sea dicho. Sobre la epilepsia de Ian Curtis no lo veo como influencia determinante sino más bien indirecta junto a otros rasgos de su personalidad. Tampoco utilizaría la palabra obsesionados con la muerte y la desesperación sino más bien se pusieron de moda tiempos y letras abúlicas, oscuras, una de las tantas ramificaciones velvéticas. Por lo demás una obra maestra. Brazzzzzo.

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    1. Johnny J.J.: Faltaría más. Pues mira, para mi el primer disco de The Cure que es del 79 también, no digo que se parezca a este pero conforman una onda más o menos de cambio con respecto al punk, eso si, Joy Division como mayor estandarte y siempre por delante como reyes del post-punk, que no se me entienda mal. Si que es cierto que en trabajos posteriores de The Cure ya se ve más la influencia de este álbum, eso si.
      Bueno, cuando hago esa reflexión, es desde el recuerdo del film, dónde se nota que esos ataques que le dan tocando en directo van haciendo cambiarle su carácter, cada vez más introspectivo.
      Por otro lado el tema de las letras obsesionadas con la muerte no era nuevo, ya lo hacía Jim Morrison con los Doors y no veo que sea malo decir que lo hacían, y si se puso de moda, pues vale.

      Brazzzos.

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  3. Para servidor este disco y el "Closer" son tan necesarios como tener dos manos, dos pies, dos brazos, dos piernas, dos ojos, dos orejas y dos huevos.
    Excelente y muy meritoria entrada para el que considero mejor grupo de post-punk de la historia.
    Abrazos,
    JdG

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    1. Javier de Gregorio: Pues yo opino como tu en este caso, este disco es imprescindible y Closer no menos, pero este por ser el primero y dejar claro lo que era el post-punk está en un altar.

      Gracias amigo, abrazo.

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